The only blog not featuring an ipod.

la cafetería de sillas anaranjadas

Era una cafetería, tenia una barra por la que deslizabas una charola (tray) y te iban sirviendo comida. Las sillas eran de conglomerado, y con una capa de triplay pintada de anaranjado arriba, eran bastante gruesas. Las mesas tampoco eran de madera, pero el recubrimiento que tenían, algunos ya despegados, pretendía por medio de dibujos ser madera. Había unas maquinas que mantenían fría y homogenea una bebida sabor jamaica a base de jarabe. El techo era bajo y cada mesa tenia siempre un frasco de azúcar.

Conocí ese lugar de pequeño, estaba a las afueras de un centro comercial y a mis padres les gustaba encontrarse con gente ahí, era el sitio de reunión para algunos. Solo recuerdo haber probado la comida una vez, pero el agua de jamaica y los refrescos muchas otras. Los dependientes eran adultos, señoras, no adolecentes. El trato era amable y personal. Es la experiencia mas vieja que recuerdo de haber pedido algo al otro lado de la barra por mi solo.

Las personas que a veces se encontraban ahí tenían todas clase de nombres que a mi me parecían enigmáticos y emocionantes, Rosa Rosas, Esparza, Medina, Agüayo, Pancho y mi favorito: el Batman, por cierto el único de los cuales que podría reconocer si lo viera hoy, unos 18 años después. De todos esos nombres mi favorito era Medina.. no se realmente por que, solo que estaba relacionado con una persona alta, de bigote y poco cabello, pero joven. Tenia siempre un sweater de rombos, y lo que me encantaba era el nombre, Medina.

Depues, cuando mi madre iba al autoservicio adyacente, a veces nos desviábamos a la cafetería por un refresco. Ella y yo, en la aventura de ir en busca de consumibles, mientras mis hermanas estaban en sus clases de música, en la universidad, a unos pasos de ahí.

Antes de que destruyeran la cafetería para hacer un estacionamiento más amplio, fui un par de veces con una de mis primeras novias, también por refrescos, o a veces solo al baño.

Era un lugar importante para mi. Desde aquí (donde escribo esto) se alcanza a ver el ampliado estacionamiento. Esperemos que la Onda de Fria, la nevería que estaba a unas cuadras, sí haya resistido el embate de las corporaciones.

deep



I won't take any of that "I'm totally crazy, dude" shit any more.

A dream.



(music only, do play it)


I was a cop, a coward cop. I left my police car at the bottom of a hill, on top of which was the station. I was afraid of the neighbourhood. On the way up I met some other cops and then, on a door of a humble house, stuck like the 96 theses was a note, and the note said that we cops must be aware for payback time was here. Arriving at the station we handed the note to the chief, and he to, was afraid.

Later I was walking on a riverside, with my mother. And some lights started to show up in the night sky, small as stars, but fast moving. I saw a yellow flash move trough the sky in a straight line, far in the distance. Every second the moving stars became more clear, and they moved in two coherent groups. I knew it just then that it was a dogfight in the distance, and my mother to, was afraid.

We ran for we knew war has here. Specially fast we ran from the riverside, with all the bridges and harbors that we deemed would be good targets. Sure enough they started blowing up as we ran to the hills and hid inside a house. In the basement was a family, hidden from the falling bombs, but we thought it sufficient to stay in the living room, thinking a house wouldn't be targeted.

Laying on the floor we heard the falling bombs and saw the frighten ones, and suddenly the house it self was moving, a peek out the windows confirmed it. It was moving towards a cathedral, a very large one, and stopped at the entrance. I was then hauled out by soldiers and carried to front row, where judgment begun. I was introduced as the Antichrist, and the grand jury was summoned: the twelve apostles came out flying, wrapped in light, from the frescoes that depicted them, and sat, shining, facing me. I tried to talk to them, as if old friends, but they were all quite pissed for I had sold their master for some money in a time long forgotten.


It's hard to see where we stand, what's up, what's down and where is it we are going.

Diversity of scales





J. S. Bach Little Fugue in G minor, BWV 578




Where is it, after all, that we are heading for?




Alguien me habló todos los días de mi vida al oido, despacio, lentamente. Me dijo: ¡vive, vive, vive! Era la muerte. (JS)